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Mostrando entradas de febrero, 2014
Son ciento cincuenta días desde que te conocí. Después del tiempo, después de las palabras que hoy son eco, que retumban en la distancia y se desvanecen vuelvo a estar sola. Jamás pensé escribirte tanto, tan seguido y tan profundamente como lo he hecho y sin embargo, me hace feliz contarte cosas que jamás llegarán a ti.  Te agradezco por mostrarme mis oscuridades y esplendores, desconocidos hasta el día en el que los navegamos. De los celos, del amor (in)finito y consciente, del no amor, de los besos contados y de la incertidumbre de las partes. De los ojos azules, la receta perfecta para hacer té, los ventanales con sol y el aprecio a la desnudez. De las pasiones, de los futuros inciertos y de las cabañas en el bosque. Del futuro inventado. De tu cojera, tu llanto, tus dedos machacados, tus costillas rotas, tus círculos cuadrados, tus achaques y tus preocupaciones. De la casa que jamás compramos y de la pareja que nunca fuimos. De la semántica agobiante. De las noches qu
I have nothing to say because there is nothing left.