Hoy me siento somnolienta. Puede que sea por el frío, por el vacío o por la ausencia. No lo sé. Estoy en la buseta. Hoy no quiero contar los colores que tienen las busetas, o mirar las placas de los carros que pasan velozmente por la ventana. Tal vez el té que tomé antes de salir tenía algo. Un somnífero. Nisiquiera presto atención a la música. Resultan beneficiados mis compañeros de la Universidad. No alego. Llego tarde y no digo nada. Saludo sin ganas y me siento.

Toda la buseta pensé esta pequeña historia. Sigo así. Aparentemente el té sigue arropándome bajo su efecto. Quiero arruyarme en las cobijas eléctricas calorosas.