Así es recordar

Me subí a la buseta, en reversa, por la puerta de atrás. Me devolví hasta la silla donde me encontraba segundos antes, me senté, di un beso, cogí una mano y miré por la ventana del puesto del lado derecho.

La buseta entonces avanzó hacia el pasado y regresamos al pastal donde habíamos estado minutos antes. El día se aclaró de nuevo, el atardecer se devolvió y vimos como todo se teñía de azul. La neblina de los cerros se alejó lentamente, tal como había llegado.

Las conversaciones se devolvieron y las palabras salieron vomitadas de nuestros oídos; se retorcían como gusanos agonizantes. Nos tiramos al pasto, vimos las nubes reformarse de nuevo, el cielo cubierto por un manto gris nos saludó al revés. A-L-O-H.

Nos revolcamos en el pasto, de nuevo, pero al revés.Vomitamos palabras inentendibles ahora, sin sentido por si solas o acompañadas. Silencio. El viento se devolvió y sopló en la dirección contraria. Los cabellos de erizaron de nuevo, las pieles se tocaron y todo dejó de existir en dos instantes.

Las telarañas se deconstruyeron, reventaron y las arañas recuperaron las patas mutiladas por el conflicto sexual previo a la reproducción. Nosotros pasamos bajo cercas eléctricas. Saltamos al revés, y desdibujamos sonrisas.

Sentí de nuevo la amargura y la incertidumbre de un saludo evasivo. Vomité besos, palabras, emociones, y caí en el vacío de nuevo.



Así es recordar.