Nadie sonríe

Y el silencio se te come la boca mientras miras a lo lejos. La silueta de una montaña azul se dibuja en el horizonte y nadie sonríe como antes. En realidad, nadie sonríe. En nuestras espaldas susurra el viento, y yo pienso que nos ha dejado de envidiar. El viento, que ahora se esconde, desea robarnos nuestras pertenencias más preciadas. Lo más preciado nuestro no somos nosotros. ç

Eso es triste.
Y el silencio ahora se une al viento, y nos roba los sueños. Quedamos ruidosamente quietos. Mi sombra me huye y yo le huyo a la luz. Corremos. Soñamos. Reímos. Sangramos. Caminamos y el silencio nos come la boca mientras miramos a lo lejos.