¡Hola Cortazar!
No quiero escribir, no quiero estudiar (aunque lo siga haciendo); quiero, simplemente, ser de verdad; aunque ello me lleve a descubrir que no soy nada.

Y será tan hermoso decir: Ahora nos vamos al centro y nos compramos un helado, el mío todo de frutilla y el de usted con chocolate y un bizcochito.