Agendas

Me gusta que nuestros planes no se encuentren.
Que los calendarios tengan colores encontrados y que los días ocupados contrasten con los suyos.
Que mientras uno descansa en una playa, el otro sufre en la nieve,
y que ni en el futuro nos encontramos.

La libertad suya es lo que jamás planeo arrebatarle,
la mía me crece en el vientre y me necesita.
¡Vete! le grito, pidiéndole que no me lleve.

Al final, cuando por fin encajamos, las agendas no importan 
y el silencio se rompe.
Sólo le pido que me ame cuando decimos hoy, ahora.
Mañana no sé si estemos juntos 
o si volveremos a besarnos.