Soy una persona de reglas que tiendo a no romper. Hace mucho, cuando empecé a escuchar música más de lo que vivía en el mundo real, noté que mis recuerdos estaban musicalizados. Un beso, una fiesta, un abrazo, un recuerdo....todo tenía y aún tiene música de fondo. Tuve que crear una regla para evitar corromper canciones. No fue sino hasta la Universidad que entendí el porqué de mis musicalizaciones: la radio. Bueno, no exactamente la radio, que fue la pionera de poner la música al alcance de todos, sino precisamente esto último. Mi primera fuente musical, haciendo cabeza y viajando al pasado distante, fue un deletreador en inglés. El siguiente recuerdo es un walkman paneludo amarillo. No me acuerdo si alcanzaba a tener radio o no, pero por esa época menudo estaba de moda, y los audífonos grandes e incómodos estaban siempre ahí. Creo que existió en mi casa hasta este siglo. En los viajes familiares, estaba Sergio Vargas, cortesía de Suramericana y posteriormente Chichi Peralta y Alejand...